jueves, 18 de diciembre de 2008

Cena de navidad, amigo invisible y patetismo regalil

Ayer miércoles fue la cena de navidad en la residencia, a la que estábamos invitados los mismos que al amigo invisible + algún añadido, como el hermano de Diego, que está de visita.

Los italianos hicieron pizza y a los españoles nos pidieron que hiciéramos tortilla de patata, a lo que les respondí que por ahí, que estaba harto de hacer tortillas (hemos hecho 75 huevos en 1 mes y medio) y que esta vez hacíamos otra cosa. Propuse hacer arroz con leche, pero unas chicas se adelantaron diciendo que iban a hacer galletas, así que nos tocaba hacer algo que no fuera postre.

Tenía claro que no quería hacer tortilla, la paella no entraba en mis planes, las tapas tampoco y el gazpacho no era víable. En esto, mi padre sugirió un plato castizo: ¡guacamole!. No engañamos a nadie y todos dijeron que el guacamole era un plato mejicano y no español, pero el plan siguió adelante.

Como casi siempre, envíamos a Ignacio a comprar al supermercado aguacates y nachos. Los primeros tenían el problema de que estamos en Suiza y que no compramos en los mejores supermercados del país y, por lo tanto, estaban bastante -muy- verdes. En cuanto a los nachos, hubo un pequeño fallo de cálculo y tuvimos que ir corriendo a una gasolinera a comprar más.

Siguiendo la receta, partimos todos los ingredientes lo más fino que pudimos y lo echamos todo en un bol grande. He de decir que, una vez lleno de todos los ingredientes, mis esperanzas de obtener un guacamole eran muy escasas: el tenedor se doblaba antes de conseguir chafar siquiera un trocito. Pese a mi desaliento, Ignacio comenzó a usar y buscar diversos utensilios hasta encontrar unas varillas, que salvaron nuestra noche. Usándolas a modo de mortero, conseguimos machacar parte del guacamole y mezclarlo aceptablemente con el tomate y la cebolla. Es una pena pero creo que no hay fotos, y he de decir que al final quedó un guacamole bastante rico, a todo el mundo le gustó y se acabó bastante rápido.

En cuanto al resto, las pizzas estaban muy buenas pero frías, porque cuando acabaron de cocinar la última, hacía un buen rato que había salido la primera. Y las galletas, puf! riquísimas: de mantequilla, de no sé qué y una especie de rosquillas. Para haceros una idea de lo que comí, esta mañana apenas he desayunado, cuando me suelo poner como un cerdillo.

Y ahora, la parte jugosa de la entrada: ¿qué le he regalado a Calzones Man? Lo dejaré para el final, así capturo vuestra atención.

A principios de diciembre, los que quisimos del primer piso pagamos 10 francos a Michael (un veterano de la residencia) para que comprara decoración navideña, árbol incluído (ikea, de plástico). Y debajo de este colocamos los regalos. Subrepticiamente, claro, pues como veréis más adelante, queríamos manetener el anonimato.

Después de cenar y dejar pasar un rato prudencial, todos clamamos por nuestros regalos, y ahí que nos fuimos. En general estuvieron bien, mezcla de regalos de coña con otros que pretendían ser útiles. Por no alargarme, voy a remarcar dos partes de la ceremonia consumista: la patética actuación española y EL PEOR regalo de la noche. Si alguno contaba con la representación hispana para levantar la imagen del país en el exterior, le hemos defraudado. Iré uno por uno:

El más cutre


Alberto, ¿quién si no?

El agraciado
La persona a la que tenía que regalar era difícil: un chico sosete y con el que no tenemos mucho trato. Lo único que sabemos de él es que va un poco de raperillo

El regalo
Una gorra fea

La anécdota
Estaban comprándole el regalo a nacho, vio la gorra y, como el chaval es rapero, pensó que era el regalo perfecto, más aún cuando vió que valía 8 francos y que estaba rebajada un 50%. Coste total, 4Francos (~2.5 euros), cuando el límite era 10.

La reacción
El chaval abre el regalo, mira la gorra, sonríe como si le hubieran pegado una patada en los huevos, y se la pone encima de otra gorra que llevaba. Volvemos a mirar a los 5 min: la gorra ha desaparecido. A los 10 min, la gorra vuelve a la bolsa de plástico de donde nunca debió haber salido.


El peor aconsejado


Nacho

El agraciado
Philippe, un suizo bien majo.

El regalo
Un paquete estándar de café, 3 monedas de chocolate

La anécdota
Nacho y yo fuimos a comprar juntos, y lo único que sabe nacho de philippe es que toma café todas las mañanas, así que yo hice la brillante sugerencia de que le regalara café, pensando en algún paquete pijo o bonito de café. Como no tenemos ni idea de café y Suiza es caro, creo que acabamos cogiendo un café normal y corriente, 8.80 francos (5.5 euros, ¿cuánto vale en España?). Para redondear y llegar a los 10 francos, compró 3 monedas de chocolate.

La reacción
Philippe abre el envoltorio, que era muy bonito, y se queda mirando el café con cara de ¿esto es una broma? Pero es un chico muy correcto y enseguida sonríe y lo agradece en voz alta. Alberto y yo estamos unos sofás más allá riéndonos a más no poder, pero la verdad es que tengo gran parte de culpa.

Para culminar, a Philippe le tocó Nacho y le regaló una caja de galletitas con muy buena pinta.


El más vil


Diego, rectificado por su hermano

El agraciado
Giuseppe, un italiano que estuvo de erasmus en zaragoza y que no habla ni 1 palabra de español pero ama Mercadona (y su cerveza).

El regalo
Dos camisetas

La anécdota
Diego compró el regalo a la vez que Alberto, que siempre es una mala influencia. Había dos camisetas al precio de una, una fea y la otra bonita. Diego las compró para quedarse él con la bonita y regalar la fea, lo que habría resultado un regalo de 3.5 francos. Menos mal que estaba su hermano mayor de visita, que le hizo rectificar y regalar las dos camisetas. Eso sí, envueltas en papel de váter.

Con la cara de bueno que tiene...


Fran (hermano de Diego), Heloise y Diego


La reacción
Nada que remarcar, dos camisetas está bien como regalo.


El menos inspirado


Yo

El agraciado
Ya conocéis a mi amigo Calzoneitor

El regalo
Una bonita caja con un obelisco de chocolate dentro

La anécdota
No hay mucho que contar. Pensé en regalarle un pantalón corto o unos guantes para correr, pero cuando estaba con nacho seleccionando los mejores granos de café, vi un montón de cajas de chocolate muy bonitas y muy bien puestas. En el supermercado lucían muy bien. En mi defensa, diré que me gasté más de 10 francos.

La reacción
El chico no es muy expresivo, pero puso una cara parecida a la de Philippe. Después, sonrió y dió las gracias. Si en el supermercado parecía muy bonita, cuando la sacó de su envoltorio -también bonito-, parecía una mierdecilla.

Y ahora, EL PEOR regalo, que fue para... Diego (¿karma?)

La peor regaladora


Heloise. Esta chica forma parte activa en mis entradas, ¡qué juego da!

El regalo
Una tableta de chocolate del supermercado

La anécdota
La tableta no valdrá más de 3 Francos y, existiendo como existía el posible anonimato, yo me habría escondido si hubiera comprado esa cutrez. Pero Heloise no es así: es una chica segura de si misma y orgullosa de sus acciones. Nada más abrir el envoltorio Diego y flipar con lo que había dentro, ella se plantó delante y proclamó, satisfecha, que el regalo era de su parte, y que si le gustaba. Alberto y yo, que la verdad es que sólo decimos chorradas cuando estamos juntos, nos mirábamos flipando, porque si haces un regalo barato y cutre (como hizo alberto), por lo menos disimula y haz que exista la posibilidad de que esa gorra o esa camiseta sea cara. Pero no, ahí estaba Heloise con su tableta de chocolate.

El próxima día en el súper miraré cuanto cuesta.

La reacción
Diego puso buena cara, qué va a hacer. Lo mejor de todo fue que le tocó aguantar las preguntas de Heloise que si le gustaba, y es que además se la veía muy contenta, porque se lo preguntó varias veces a lo largo de la noche.

Por cierto, a mi me regalaron un vaso escrito. La gracia reside en que está escrito en un mal francés, pero yo no me di cuenta. De hecho, me dijo Michael que así es como habla un Español. ¿Indirecta?

(Siento la fea maquetación de la entrada, pero hace ya unos cuantos años que me di cuenta de que el diseño no es lo mío. Si más adelante tengo más fotos, las pondré.)

1 comentario:

elNoZiYa dijo...

Eso de la decepción con la patria es algo muy común en cuanto sales de España... pero bueno, asumirlo es el primer paso para superarlo, xDDDD, ya te aocstumbrarás y lo asumirás, jajajaja.