lunes, 13 de octubre de 2008

Viaje a Zermat (I)

Después de una entrada negativa, toca una positiva.

Como ya indiqué, el viernes habíamos planeado un viaje. En principio pensábamos salir a las 4 pero como yo no podía, retrasamos la salida a las 5:20, que había otro tren. Salí asqueado del trabajo, llegué a casa a las 16:25 y a las 16:45 Alberto, Ignacio y yo íbamos camino al autobús para ir a la estación de tren. (Luego descubrí que mi equipaje no estaba tan completo como yo pensaba, pero la verdad es que en esto no influye demasiado que tenga 20 minutos o 3 horas...)

Habíamos quedado en la vía con Mono (sí, Mono) y Laura. Llegamos corriendo a la estación, corriendo a comprar el billete y corriendo a las vías. De tanto correr, se nos olvidó preguntar el andén al que teníamos que ir, y nuestro destino no aparecía en los paneles de información. Ignacio, tomando el liderazgo del grupo, quería subirnos al tren a Berna "porque tiene que ser hacia allí", pero por supuesto no quería preguntar (es un chico tímido). Alberto y yo nos negamos a subir a un tren sin tener la certeza de dónde nos llevaría, así que preguntamos a los que tenían cara de saber: teníamos que ir a la vía 3, el tren a Brig; Berna tendrá que esperar. Corriendo otra vez hacia la vía 3, nos encontramos con Laura y Mono, pero todavía faltaba Alba... El tren llegó y, para nuestro alivio, también lo hizo Alba. ¡Viajeros al tren!

¡Pero menudo ten! No sólo no había sitio, sino que había gente hasta en las zonas en las que los vagones se acoplan. La cosa mejoró tras la primera parada: podíamos estar de pie en el pasillo de los asientos. Digo que la cosa mejoro porque poco a poco nos fuimos sentando todos (y durmiendo algunos), pero creo que el resto de pasajeros no apreció demasiado nuestra compañía: los españoles tenemos un volumen de voz al que las orejas suizas no están acostumbradas; si a esto unimos que estábamos sentados en distintas filas y que entre nosotros había alegres y dicharacheros andaluces, el resultado es una colección de poco amistosas miradas helvéticas.


Más o menos así nos miraban


Llegamos a Zermatt sobre las 20:30, un pueblo con casitas de madera, bonitas calles y... el sitio más caro para esquíar de Suiza (o eso me dijeron). Esto último significa que había McDonalds y todo tipo de tiendas, restaurantes y hoteles de lujo. Nosotros fuimos al más lujoso: hostal matterhorn, 20€ la noche y donde los 6 compartiríamos una habitación. Teníamos hambre y el día siguiente iba a ser duro, así que bajamos a cenar (jamón del güeno + pan + tomate + aceite de oliva + sal = muy buena cena), y a las 10:30 ya nos subimos a la habitación. En esto que descubro que (¡qué raro!) me he olvidado el pijama y el saco. Como en tantos otros viajes, me toca dormir en calzoncillos y camiseta y directamente en contacto con una gastada manta de felpa.

Las 11, buenas noches, todo el mundo a dormir. Pero no, no me puedo dormir: me he despertado a las 7, llevo toda la semana durmiendo poco y he pasado el día haciendo el idiota, pero no me puedo dormir. Pasa el rato, no sé cuanto, doy vueltas, pero no me entra el sueño. Y entonces, en medio de la noche escucho a Laura decir -sin tono sexual- "¡Ay que gustito, que gustito, que gustito!" con voz de estar realmente a gustito. Por lo que se ve, Laura habla por la noche y vocaliza y se expresa perfectamente: ¡no sé que estaba haciendo pero realmente daba envidia lo a gustito que estaba! No puedo evitar reirme, y pronto todos menos Alberto nos estamos riendo. Mono alumbra a Laura con una linterna y Laura responde "¡Mono que estoy despierta, estoy bien, estoy despierta, déjame en paz! Alberto sigue durmiendo y Alba, altruista que es, le despierta. Alberto no se entera de nada y pregunta...

- ¿Qué hora es?
- Las 7 tío, se me ha hecho cortísima la noche... -respondo yo-
- Puuuffff -Se levanta y se estira en medio de la habitación, mientras todos (menos Laura, otra vez dormida) contenemos la risa-

Se vuelve a sentar en la cama, con la cabeza entre las manos

- Venga Alberto, ve al baño que estas ya levantado -parece que empieza a olerse algo y vuelve a tumbarse-

- Hasta que no vayáis alguno, yo no voy -refunfuña desde la almohada-

Todos nos reímos y, tras tocarle un poco más las narices, es hora de volver a dormir.

7 AM

Ahora sí, las 7, comienza nuestra excursión...

(A todo esto, a mitad de noche me despierta laura partiéndose de risa y diciendo algo de una botella abierta. Yo, medio dormido, me río con ella. Al día siguiente le preguntamos y no se acordaba de nada, ni de hablar con Mono y decirle "estoy despierta, estoy bien, estoy despierta")

Continuará...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

menuda noche...estariais todos super cansados pero a graciosa no le gana nada!

Anónimo dijo...

con lo entretenica que ha sido la noche, esperamos impacientes la mañana!

Anónimo dijo...

Por 20 euros en Zermat...(mi bibliografia es el ¡Hola!)

Ra y Mon dijo...

¿Qué pasó por la mañana? ¿Qué pasó?