jueves, 16 de octubre de 2008

Malinterpretaciones de la lengua

La semana pasada era el ultimo día de trabajo del que hasta entonces había sido mi compañero, Martijn. En las 3 semanas que estuvimos juntos llegamos a llevarnos bastante bien. De hecho, el primer dia nos fuimos a comer juntos, se le olvidó la cartera y tuve que dejarle dinero. El segundo día fuimos a comer juntos, se le olvidó la cartera y tuve que dejarle dinero. Ya sospechaba que era una táctica para:

a) amedrentar al nuevo
b) deshacerse de mí; estaba muy bien solo
c) sacarse comidas gratis

Pero no. El tercer día no sólo me devolvió lo de los 2 días anteriores sino que fui yo -en una venganza inconsciente- el que se olvidó la cartera y al que tuvo que dejarle dinero. Después de un inicio así, estábamos preparados para grandes intimidades.

Como decía, se fue la semana pasada. Pocos días antes de irse me dijo que había cenado en un restaurante caro. Le habían dado jamon con tostadas (bocadillo de jamón pero version 60€) y le había gustado mucho. Le dije que tenía jamón en casa y se le pusieron los ojos como platos, así que le prometí que antes de que se fuera llevaría al trabajo.

Y dicho y hecho, el martes por la noche, a la vez que metía el ordenador metí no solo un paquete de jamon sino -con mucho dolor y sacrificio- también uno de lomo. En el trabajo somos 6 o 7, con lo que un paquete de jamon no habría sido suficiente.

Miércoles, media mañana, las 11:30, el hambre empieza a apretar.

(transcribo en inglés porque este es un blog de la élite intelectual, así que todos lo entenderéis)

- Martijn, I've brought a gift

Me agacho a la mochila y saco el paquete de jamon y de lomo, mi estomago ruge; Ignacio lo mira con hambre y Tobias (aleman), a pesar de no saber muy bien lo que es, deja lo que está haciendo y se prepara para almorzar.

- Oh, thank you! -dice Martijn sonriendo. Coge el paquete de jamon, coge el paquete de lomo, los mira, sonríe; me vuelve a decir gracias... y los mete a su mochila -

Es uno de esos momentos en los que la fuerza del impacto es tal que no sabes responder; soy consciente de que el fallo está en una palabra: gift. Pero en la cultura española está tan arraigado que si te regalan algo de comer -¡y en el trabajo a la hora del almuerzo!!!- tienes que compartirlo, que no soy capaz de reaccionar o -mas bien- no encuentro la manera de decir -¡de gritar!- que esa comida es para todos. Me resigno: he fracasado.

El día pasa, Martijn y yo nos despedimos pero yo sé -él no- que la relación entre nosotros nunca volverá a ser la misma: me he quedado sin jamon, sin lomo y con hambre. Y con ninguna de estas 3 cosas se juega, chaval. Algún día volverás, algún día te olvidarás la cartera; yo te estaré esperando y cuando me pidas dinero te diré dónde está mi jamón y mi lomo ahora, eh, ¿¿¿EH???

7 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajajajajajajajajaja

elNoZiYa dijo...

me paaaaaaaaaaaaarto, que grande!

Anónimo dijo...

Lost in traslation?

nastik dijo...

ainssss
así ya lo sabes para otra vez!!!
jajajajaja me he reído un montón!

muchos besos gggggggg!!!

Isa dijo...

No te preocupes, ya te llevaré jamón... :)
Me ha encantado, a pesar de haberme contado ya la historia, leida es más jugosa!

Lucesoscuras dijo...

ostia... jajajaja pa otra vez llévales canelones!! xDD

Anónimo dijo...

Pobreciyo...piensa q qdaste como un señor, aunq ahora el resto de compañeros esperaran lo mismo cuando se vayan XDD....dales mortadela de olivas y listo XD