jueves, 28 de mayo de 2009

La noche de la bici maldita

Ayer (miércoles), a eso de las 2 y después de celebrar la victoria del Barça, Diego, Alberto y yo decidimos que ya era hora de volver a casa.



Yo suelo salir con bici, así en 5 min estoy en mi habitación, y más de una vez he llevado a alguien sentado bien en el sillín, bien en la bandeja. Y ayer se me ocurrió la magnífica idea de llevar a 2 personas: 1 en el sillín, otra en la bandeja; Diego y Alberto, respectivamente.

Al principio la cosa iba bien. Bajamos unos 500 metros con confianza y entre risas, pero tuvimos que parar porque yo tenía los brazos reventados de aguantar todo mi peso. Nos reajustamos y reanudamos la marcha, pero esta vez fue mal desde el principio. Nada más arrancar la bici se desequilibró y empezó a dar bandazos. Fui incapaz de corregirlos por el peso que había detrás, y los 3 acabamos en el suelo. No sé si íbamos muy rápido, pero era una cuesta empinada. Parados no estábamos.

El parte de lesiones fue múltiple:

- Alberto, rodilla izquierda.
- Diego, pierna izquierda.
- Yo, como un campeón y al estar a los mandos de la máquina, me llevé la peor parte:

* Mano derecha con un raspón típico de bici o patines cuando te caes. Escuece!
* Pierna derecha un raspón en la espinilla. No molesta demasiado.
* Cadera izquierda, un golpe. No puedo dormir sobre ese lado.
* Costado izquierdo del abdomen, un buen raspón.
* Brazo izquierdo, dolor muscular desde hombro a codo.
* Cabeza lado izquierdo, un chichón + raspón donde empieza el pelo.
* Dolor general por todo el cuerpo.

Me lo curré para darme por todos lados. Puestos a caerme, que queden cicatrices de guerra sobre las que hablar. Supongo que Alberto y Diego tienen otras lesiones, pero no los he visto hoy.


Ay...


Nada más caernos se acercó una chica para ver que tal estábamos, pero Alberto y Diego se pusieron de pie y se quedó más tranquila. A mi lo único que me preocupaba era el golpe que me había dado en la cabeza. Me quedé un rato sentado y cuando pasó el dolor y malestar máximo reanudamos el camino. Me habría gustado vernos, éramos un trío de cojos.

A mitad de camino, vimos pasar una bala amarilla en bici por la carretera, Santi volviendo a casa con la camiseta amarilla fosforita de Messi. Los 3 gritamos y pareció que no nos había escuchado porque no frenó y tomó una curva bastante cerrada a gran velocidad. Supusimos que no nos había oído, ayer por la noche corrió bastante cerveza.



Nada más cruzar la esquina, ahí estaba Santi con la bici en el suelo y con cara de "Dios qué dolor". Él también se cayó y se reventó el hombro. Intentó frenar en la curva, y ya os he dicho que iba bastante rápido.

Para Santi y para mí es la segunda leche que nos damos. Otro día volviendo de fiesta, él conduciendo y yo sentado en el sillín, al ir a parar se le enganchó un cuerno en la pierna y nos fuimos al suelo. Estábamos parando e íbamos muy despacio, pero yo estuve con el hombro-cuello destrozado un par de días.

Tras este infeliz reencuentro, Alberto y Santi aún tenían ganas de llegar a casa en bici, así que Alberto se sentó en el sillín, Santi a pedalear y se lanzaron cuesta abajo. Diego y yo ya habíamos tenido suficiente aventura por una noche, así que hicimos el resto del camino andando.

Moraleja: una bici es para 2 personas.

domingo, 24 de mayo de 2009

Suiza no está preparada para el calor

Lausanne, 24 de mayo de 2009, 17:03. 31ºC de temperatura.

Suiza está muy bien preparada para el invierno. Todas sus casas están bien aisladas y hasta que no llegaron las temperaturas bajo cero ni tuve que encender el radiador de mi habitación. Si hablamos del otro extremo del termómetro, puedo aventurar que Suiza será la primera en desaparecer por los efectos del cambio climático.

Toda persona que esté en su casa cuando las temperaturas empiecen a superar los 35ºC morirá irremisiblemente. Sus paredes, hechas de material refractario, transmitirán hacia el interior toda la energía calorífica del exterior y los suizos, precavidos, estrictos, cuadrados como pocos, no saldrán de casa por creer que dentro estarán a salvo.

El gobierno, ante la alarma social causada por los fallecimientos a miles y por el olor nausabuendo, y carente de un protocolo de actuación, ordenará a todos sus habitantes que se refugien inmediatamente en los búnkeres nucleares (sí, todos los suizos tienen búnkeres en sus casas), pero será solo el siguiente paso en su camino a la extinción. Los búnkeres están preparados para el invierno nuclear tantas veces anunciado, y su sistema de captación de calor es aún más eficiente que las paredes habituales de las casas.

Los primeros días las bajas se contaran ya por decenas de miles. El resto de la población no lo notará gracias al aislamiento de los búnkeres, que no permitirán el paso del olor, y poco a poco la nación suiza sucumbirá. Incluso en los grandes búnkeres como los municipales (sí, hay búnkeres municipales), a pesar de ver como sus compañeros caen, su cerebro suizo impedirá que aflore el instinto de supervivencia y se limitarán a cumplir las últimas órdenes de su gobierno, gobierno también muerto debido al calor de su búnker, el mejor de los búnkeres y por lo tanto el primero en matar a sus ocupantes.

Este es el fin de la nación helvética. He dicho.

Vaya calor que hace en mi habitación...

viernes, 15 de mayo de 2009

Los indios no piensan en el futuro

Creo que hace tiempo os conté que había llegado un hindú a mi trabajo y que, según decía él mismo, nunca se había servido comida en su plato. No hablamos de cocinar, poner la mesa o hacer la cama. Repito: nunca se había servido comida en su plato. Alucinado, le pregunté como podía ser eso y su respuesta, obvia, es que su madre siempre le había servido la comida. Aun cuando su familia estuviera placenteramente viendo Who wants to be a millionaire, ahí estaba su mamá para servirle el plato. Remarco lo de servirse su propia comida porque ni merece la pena comentar que no sabía siquiera hervir pasta.




Extrañado, consideré este hecho como una excepción, pues en mi residencia había un hindú que cocinaba muy bien, pero recientemente han llegado más indios que han venido a engrosar a la facción gastronómica hindú-inutil.

Pratik, que es como se llama el nuevo protagonista, llegó hace ya 3 semanas a Lausanne, directito desde Bombay. Con una actitud abierta al mundo, desde el primer día deja su puerta abierta de par en par cuando él está dentro, lo que te obliga a mirar hacia dentro y saludar, que no es nada malo pero choca. También desde el primer día se acercaa Diego, Alberto y a mí cuando estamos hablando. No hay ningún problema en esto, aparte de la incomoda situación de estar hablando en español y que un indio se meta en el corrillo, pero Pratik tiene un acento muy fuerte y, si yo de vez en cuando le tenía que pedir que me repitiera algunas palabras, Diego y Alberto directamente le miraban con los ojos como platos sin entender muy bien de que hablaba el hombrecillo. Pero volvamos al tema culinario.



No, Pratik no sabe cocinar esto. Pratik no sabe cocer arroz. Pratik no sabe cocer pasta. Pratik no sabe hacer un filete. Pratik no tiene ni idea, pero sonríe mucho.

Los primeros días sube a comer con el hindú que sabe cocinar, pero el trato no dura demasiado tiempo. La tercera o cuarta noche me lo encuentro en la cocina observando un paquete de comida precocinada. "Indian cuisine", pone en un brillante envoltorio de cartón. Parece que tiene morriña. Me dedico a mis cosas sin prestarle demasiada atención, pero tras un minuto mirando el cartón que envuelve la comida, se decide a preguntarme que si entiendo algo de lo que pone ahí. Claro, en Suiza los paquetes vienen escritos en francés, alemán e italiano. No tiene ni la más remota idea de que hacer con esos misteriosos paquetes que envuelven su maná. 3 minutos de microondas son su iniciación a la gastronomía.

Diego y yo nos apiadamos de él y le decimos que compre pasta, que al día siguiente le enseñamos a cocinarla, y la siguiente noche aparece con un paquete de pasta... precocinada. Pratik no sabe como es un paquete de pasta. En cualquier caso, también necesita de nuestra ayuda para hacerla.



De todo esto hace ya 2 semanas, y por ahora sólo le he visto con comida precocinada, a pesar de que le he explicado muchas veces como cocinar pasta o arroz. Un día excepcional se hizo 3 huevos duros, que encima le salieron un poco crudos. Por si fuera poco, no tiene tenedor ni cuchillo ni nada, y se tiene que comer sus pastas/comida india/fideos/huevos duros con una cucharilla, que es lo único que hay en los cajones de la cocina de nuestro piso. También le he dicho que en el 2º piso habrá cubiertos (¡malditos ladrones!), pero le ha cogido el gustillo a no seguir mis consejos.

Esta experiencia me lleva a un pensamiento muy simple: ¿los indios no piensan en su futuro? Si yo no tuviera ni idea de cocinar y supiera que me voy a vivir un año fuera, le pediría a mi madre que me enseñara comida de supervivencia, aunque sea a cocer arroz, pasta y vegetales. Pero Pratik no. Tiene su billete de avión, su puerta abierta, su sonrisa y unos huevos bien grandes.

ATENCIÓN, la siguiente imagen puede herir vuestra sensibilidad, abstenerse mentes sensibles. No la he insertado por recomendación de mi endocrinóloga y por los gritos de terror de mi vecino cuando se la he pasado

Foto de Pratik desde detrás

miércoles, 13 de mayo de 2009

Ha muerto Antonio Vega

Supongo que en España han inundado telediarios, periódicos y radios con la noticia, no creo que os cuente nada nuevo, pero quería compartir unas cuantas canciones con vosotros.

No se puede decir que yo fuera un gran fan, apenas conocía sus 2 ó 3 canciones famosas, pero ayer en Radio3 estuvieron todo el día poniendo su música y descubrí muchas letras bastante impresionantes, así como detalles sobre su vida que, supongo, se pueden extrapolar a tantas otras vidas de los años 80 echadas a perder por la heroína.

Sin más, os dejo con una pequeña playlist que he hecho. Seguro que faltan muchas y muy buenas, pero es lo que recopilé ayer.



Y una canción más moderna que también habla sobre la heroína (es una versión de una canción antigua)