sábado, 1 de noviembre de 2008

Lluvia, frío, catarro e Isabel

Esta semana recibí la primera visita. Como no podía ser de otra manera, vino Isa, y con ella trajo el frío y la lluvia. Yo, por mi parte, colaboré con un catarro clase 'Especial' que llevaba incubando un par de días. En cuanto al trabajo, acordé con mi empresa ir de miércoles a viernes de 8:30 a 14:00. El martes, el día que llegaba, no iría a trabajar.

A las 10:20 estaba en el aeropuerto de Ginebra. Su avión llegaba a las 10:45, así que me senté a esperar en la zona de salida, donde pude ver un montón de estampas interesantes: parejas que se reencuentran -frías, ardientes; felices, un poco indiferentes; hastiadas, ansiosas-; hijos (niños) que corren a los brazos de sus padres, madres que reciben a hijos pasotas (adolescentes) que intentan escapar de sus besos y no responden, hijos (adultos) que reciben a sus madres con alegría sincera; recepciones de ejecutivos que se ven por primera vez, recibimientos a familares que llevaban mucho tiempo fuera... También era interesante estudiar a los que estábamos esperando. Supongo que a partir de nuestra actitud no habría sido difícil inferir como iba a ser nuestra recepción; de este último grupo, los mejores sin duda eran los perros.

Más nerviosos que nadie, moviendo el rabo, tirando de la correa, tenían el privilegio de saber antes que nadie cuando iba a llegar El Esperado. En seguida veías que se levantaban, se ponían tensos y con el lomo y el morro estirados hacia la puerta y, antes de que apareciera, ya estaban ladrando y luchando por soltarse. Cuando por fin les liberaban, corrían hacia el/los dueños y se abalanzaban sobre ellos, gimoteando y medio locos de alegría, metiéndose entre las piernas sin dejar andar ni moverse. ¿No estaría bien que cada uno tuvieramos un perro que nos recibiera en cada aeropuerto? Haría los viajes mucho más alegres, ¡incluso tendríamos ganas de volar sólo para que nos recibieran!

Cabe destacar el comportamiento de un perro pequeño que... no hizo nada. Estúpidos perros pequeños :-)

Volviendo a la visitante (mi Esperada), después del reencuentro -ardiente, feliz, ansioso- cogimos un tren desde el aeropuerto de Ginebra hasta Montreux, 1h 20 de viaje. Me habían dicho que era muy bonito, pero la verdad es que a nosotros nos tocó ver la cara lluviosa de Montreux y no lo disfrutamos demasiado. Después de dar un paseo bajo la lluvia hasta el castillo de Chillon, decidimos volvernos y dejar Montreux para el futuro, que cuando llueve no se disfruta demasiado de las cosas.


Chateau de Chillon un día de sol


Por triste que suene, lo más reseñable de la visita a Montreux fue la vuelta en autobús urbano desde el castillo a la estación de tren. La máquina no aceptaba mi billete de 20 francos y el conductor nos invitó al trayecto, diciendo que se hacía responsable si subía un revisor. Mis amigos de Odio a tuzsa suspirarán de envidia... Y lo harán más aún el día que les dedique una entrada comentando los autobuses de Lausana.

Ya en Lausana fuimos a mi residencia y preparamos la habitación para pasar la noche, para lo que hubo que jugar un poco al tetris con la mesa y el colchón hinchable a fin de que encajara todo.


El perro lo robé del aeropuerto :)


Lo segundo mejor de la visita de Isa fue la valija alimenticia que entre mi madre y ella llenaron de sabor español: jamón, chorizo, lomo y la sorpresa...


¡Torreznicos! Pensándolo bien, igual lo segundo mejor de la visita de Isa fue que viniera ella...


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Para no hacer entradas tan largas como las anteriores, dividiré el viaje en varias, que creo que es mejor. Si no os aburrieron las anteriores (sobre todo la 2º del viaje a Zermat) o preferís una larga a varias cortas, decídmelo y las seguiré haciendo largas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Colchón hinchable!?!??! Andaaaaa, que no cuela macho, que bien que lea esto tu señora madre, pero joder, ya sabrá que a tus 24 habrás compartido cama, no? ;)

A mi me da igual que sea entrada larga o corta, con la corta consigues que te den mas visitas al blog ya que nos impacientas... con la larga algunos se cansarán, no es mi caso...

Por mi parte te comento el fin de semana, el viernes, después de mandarte aquel mensaje tuve problemas para llegar a casa en un autobús que se había propuesto hacerme vomitar... tuve que bajar muuchas paradas antes de mi casa para no hacerlo, y luego tener que correr pues mi hermana se encontraba en la calle sin llaves... El sábado sin embargo fue más tranquilito, unas birrillas y un juego cultural en el voltaire, y el domingo ganamos por goleada (8-4), así que el fin de no estuvo mal.

A cuidarse y pillarse un buen ciego, yo aquí lo he cogido por costumbre...

Miguel dijo...

Mi cama es de 80 y no cabíamos, así que los 2 dormimos en el colchón hinchable. ¿Mejor así? jaja

Eso está bien, porque para futuras visitas sé que en mi cuarto cabemos 3, más es bastante inviable, aunque si se diera el caso, todo es ponerse...

Yo ya contaré el fin de semana en próximas entradas, pero al ritmo que voy lo haré dentro de 1 mes, así que tengo que meterme caña!

Anónimo dijo...

mira, otro que corre a casa xq su hermana no tiene llaves jjeje ahora lo tengo peor que no te tengo de reserva ajaj