Yo suelo salir con bici, así en 5 min estoy en mi habitación, y más de una vez he llevado a alguien sentado bien en el sillín, bien en la bandeja. Y ayer se me ocurrió la magnífica idea de llevar a 2 personas: 1 en el sillín, otra en la bandeja; Diego y Alberto, respectivamente.
Al principio la cosa iba bien. Bajamos unos 500 metros con confianza y entre risas, pero tuvimos que parar porque yo tenía los brazos reventados de aguantar todo mi peso. Nos reajustamos y reanudamos la marcha, pero esta vez fue mal desde el principio. Nada más arrancar la bici se desequilibró y empezó a dar bandazos. Fui incapaz de corregirlos por el peso que había detrás, y los 3 acabamos en el suelo. No sé si íbamos muy rápido, pero era una cuesta empinada. Parados no estábamos.
El parte de lesiones fue múltiple:
- Alberto, rodilla izquierda.
- Diego, pierna izquierda.
- Yo, como un campeón y al estar a los mandos de la máquina, me llevé la peor parte:
* Mano derecha con un raspón típico de bici o patines cuando te caes. Escuece!
* Pierna derecha un raspón en la espinilla. No molesta demasiado.
* Cadera izquierda, un golpe. No puedo dormir sobre ese lado.
* Costado izquierdo del abdomen, un buen raspón.
* Brazo izquierdo, dolor muscular desde hombro a codo.
* Cabeza lado izquierdo, un chichón + raspón donde empieza el pelo.
* Dolor general por todo el cuerpo.
Me lo curré para darme por todos lados. Puestos a caerme, que queden cicatrices de guerra sobre las que hablar. Supongo que Alberto y Diego tienen otras lesiones, pero no los he visto hoy.
Nada más caernos se acercó una chica para ver que tal estábamos, pero Alberto y Diego se pusieron de pie y se quedó más tranquila. A mi lo único que me preocupaba era el golpe que me había dado en la cabeza. Me quedé un rato sentado y cuando pasó el dolor y malestar máximo reanudamos el camino. Me habría gustado vernos, éramos un trío de cojos.
A mitad de camino, vimos pasar una bala amarilla en bici por la carretera, Santi volviendo a casa con la camiseta amarilla fosforita de Messi. Los 3 gritamos y pareció que no nos había escuchado porque no frenó y tomó una curva bastante cerrada a gran velocidad. Supusimos que no nos había oído, ayer por la noche corrió bastante cerveza.
Nada más cruzar la esquina, ahí estaba Santi con la bici en el suelo y con cara de "Dios qué dolor". Él también se cayó y se reventó el hombro. Intentó frenar en la curva, y ya os he dicho que iba bastante rápido.
Para Santi y para mí es la segunda leche que nos damos. Otro día volviendo de fiesta, él conduciendo y yo sentado en el sillín, al ir a parar se le enganchó un cuerno en la pierna y nos fuimos al suelo. Estábamos parando e íbamos muy despacio, pero yo estuve con el hombro-cuello destrozado un par de días.
Tras este infeliz reencuentro, Alberto y Santi aún tenían ganas de llegar a casa en bici, así que Alberto se sentó en el sillín, Santi a pedalear y se lanzaron cuesta abajo. Diego y yo ya habíamos tenido suficiente aventura por una noche, así que hicimos el resto del camino andando.
Moraleja: una bici es para 2 personas.